jueves, 28 de julio de 2011

Familias felices en tiempos difíciles

No hay institución social más hermosa e importante que la familia. No sólo se origina la vida biológica del individuo, sino que también es el lugar dónde se plasma la vida moral, mental, social y emocional de todos sus miembros.

Es el refugio afectivo donde nos sentimos aceptados y amados, donde gozamos de un confiado compañerismo, donde renovamos fuerzas para continuar la lucha de la vida.

Sin embargo, la familia está viviendo en tiempos difíciles, pero cada familia puede escoger entre defender el mejor regalo que tiene o el destruirlo.

Cuando la familia vive en forma apropiada se convierte en un lugar de descanso, de satisfacción, de alegría. Sin embargo las condiciones actuales son difíciles y la familia tiene que sobrevivir en momentos donde hay desempleo, cuando el dinero no alcanza, cuando se tiene que sacrificar a los hijos para que trabajen en lugar de estudiar por presiones económicas, cuando los hijos se casan y tienen que seguir viviendo en la casa de los padres, cuando abundan los divorcios, etc.

La buena noticia es que la familia es el instrumento humano más poderoso de sanidad, de consolación y de apoyo que tengamos, es la única que ayuda a proteger a sus integrantes contra las presiones que enfrentan día a día en el trabajo, escuela y sociedad. Una buena familia levanta el espíritu cuando alguien esta triste, le da la razón de ser a la mujer abandonada, al padre desempleado, a la adolescente embarazada, al joven que va ingresar a la universidad y tiene dudas al respecto.

Pero a la familia, como las plantas, hay que cultivarla, ofreciéndole:

  • Lealtad y dedicación: esto significa la inversión de tiempo, energía, inteligencia y corazón para satisfacer las necesidades de todos.
  • Pasar tiempo juntos: ya sea trabajando, jugando, asistiendo a servicios religiosos, comiendo, paseando o haciendo cualquier cosa, tratando de ayudarse y estimularse mutuamente.
  • Comunicación efectiva: Clara, positiva y noble, que ayuda a crear un sentido de pertenencia, suaviza las frustraciones y resuelve muchos problemas pequeños antes que se vuelvan grandes.
  • Expresión de afecto: el elemento básico para tener hogares dichosos es el amor entre los diferentes miembros de la familia. Este amor noble incluye la capacidad de tolerar los defectos y perdonar las faltas que el cónyuge o los hijos puedan cometer.

Te invitamos a las conferencias relacionadas con el tema anterior que se impartirán:

· En Campus Atizapán, Cómo formar familias felices en tiempos difíciles a las 9:40 hrs.

· En Campus Cuitláhuac, Desarrollo potencial de la familia (Balance, trabajo y familia), a las 9:40 hrs.

· En Campus Sur, Cómo educar a nuestros hijos en el mundo actual, a las 9:10 hrs.

Vale la pena dedicar a nuestro hogar nuestro tiempo, nuestras mejores energías y nuestros afectos más generosos. Está en juego nuestra propia felicidad y la felicidad de nuestros seres queridos.

¡No lo dejes para mañana, te esperamos!

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