lunes, 28 de noviembre de 2011

En Estudio y Calificaciones, también los padres ponemos nuestros granitos de arena

A cualquier padre le importa si su hijo estudia o no, si saca mejores calificaciones y si pasa los exámenes. Aunque depende de nuestros hijos que esto suceda, también en casa se puede aportar para que cada estudiante logre mejores resultados. Basta aplicar unas cuantas cosas para crear una atmósfera propicia y apoyar a los hijos en el estudio.

  1. En la medida de lo posible, procura que en casa haya periodos de silencio y calma para que tus hijos puedan concentrarse en el estudio, sin distraerse.
  2. Si le tocan tareas que hacer para ayudar en casa, trata de poner en sus manos la responsabilidad que le toca de una sola vez y no conforme te acuerdas de lo que hay que hacer.
  3. Si hay problemas en casa, no los pongas todos sobre las espaldas de tus hijos.
  4. Comparte sus preocupaciones por una materia o por un examen difícil, piensa que para tu hijo es importante. No desprecies, ni minimices esas inquietudes, escúchalas con paciencia, compártelas y ayúdalo a ponerlas en perspectiva.
  5. A muchos jóvenes, si encuentran terreno propicio, les importa mucho comentar sus logros, proclamarlos incluso a los cuatro vientos, no pierdas esta oportunidad de compartir sus inquietudes y sus triunfos.
  6. No presiones demasiado queriendo que sólo saquen diez, que sean siempre los mejores, que logren lo que tú no alcanzaste. Impúlsalos a superarse, a sacar la mejor calificación, pero sin que en ello les vaya la vida. A veces una presión exagerada puede ser contraproducente, e incluso lograr el efecto contrario al que se persigue.
  7. Si te traen una boleta con ochos y nueves, algunos dieces y hasta un siete por ahí, no busques el negrito en el arroz y hagas una pregunta tonta como: ¿Por qué no te sacaste puros dieces, yo en la escuela era mejor que tú? Mejor dile que va bien y pregúntale a qué se debe el siete, ¿se le dificulta la materia? No seas, pues, un padre o madre “bipolar”: Los que así actúan suelen ser esos que, cuando el hijo les trae buenas calificaciones, dicen orgullos: “De tal palo, tal astilla”. En cambio, cuando las cosas no salen tan bien, reclaman: “A quién habrá salido. No piensa en su familia, en nuestros esfuerzos por pagarle la escuela.”
  8. Recuerda que la confianza en nuestros hijos crea en ellos una seguridad básica en sí mismos y en sus propias capacidades. Tomar una actitud así no significa, desde luego, irse al otro extremo y perder el interés por su aprendizaje y experiencias.
  9. Favorece la disciplina, porque un ambiente ordenado aclara la mente y dispone al estudio.
  10. Por último, es importante guardar el equilibrio. Sentirse satisfechos por los logros escolares de los hijos es un deseo perfectamente normal, pero no debe convertirse nunca en “lo único y más importante” que nos interesa de ellos.
Recuerda que en la UNITEC nos preocupamos por la educación de tus hijos y buscamos apoyarlos a llevar esta difícil etapa de la adolescencia, es por ello que contamos conel Centro de Apoyo al Estudiante (CADE), donde tu hijo podrá regularizarse en alguna materia o ayudarle a incrementar su rendimiento educativo, con el apoyo de profesores y asesorías en las materias que necesite.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Bulimia Nerviosa, un desorden alimenticio común en la adolescencia

Es un trastorno mental relacionado con la comida, un desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico poniendo en riesgo su propia vida. Se presenta en menor porcentaje que la Anorexia, pero no por eso es menos grave o con menos consecuencias tanto para la salud física como la mental.

Es una enfermedad de causas diversas (psicológicas y somáticas) y afecta más a las mujeres que a los hombres, principalmente en la adolescencia o entre los 14 a 20 años, aunque dura muchos años más.

Se caracteriza por: baja autoestima (sienten culpa por comer demasiado), sentimiento de culpabilidad, sensación de angustia, pérdida de control mental por haber comido en "exceso", presentando episodios de atracones compulsivos (ingerir en un tiempo inferior a dos horas una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de individuos comerían), alternan episodios de ayuno o de muy poca ingesta de alimentos, se provocan el vómito, ingieren laxantes (una baja de peso en forma brusca) y al poco tiempo vuelven a sufrir episodios de ingestas compulsivas.

Efectos físicos y psicológicos de la bulimia en los adolescentes

Las complicaciones físicas suelen ser el resultado de la conducta alimentaria y las purgas, dándose como resultado las alteraciones menstruales y la amenorrea que puede desembocar en esterilidad.

La bulimia caracterizada por los vómitos provocados, dan como consecuencia incremento y reducción brusca de peso, caries dentales por los ácidos producidos, aumento del tamaño de las glándulas salivales e infección de éstas, así como heridas de la mucosa bucal y dolores en la garganta (después de vomitar).

Por otro lado se presentan otras alteraciones como pérdida de cabello, desmayos muy frecuentes, mareos, ansiedad o compulsión por comer, dolores de cabeza y migraña, piel seca y debilidad en las piernas.

En la bulimia las personas desarrollan una imagen corporal negativa y errónea. Tienen la idea de que el triunfo social se logra por la delgadez, por lo que desarrollan una obsesión por mantener un peso corporal debajo del normal, sin disminuir su ansiedad o compulsión por comer.

Presentan alexitimia (incapacidad de experimentar y expresar las emociones de manera consciente).

La bulimia se suele presentar más frecuentemente en familias disfuncionales y en momentos de mucha vulnerabilidad como la adolescencia o al principio de la vida adulta, influenciadas en mayor medida por la moda y la mercadotecnia.

Algunas causas como la herencia, presiones culturales, experiencias personales y familiares no favorables, contribuyen al inicio de dietas altamente restrictivas que pueden derivar en una situación de bulimia.

La bulimia en la adolescencia es una patología que debe ser tomada muy en cuenta, ya que puede traer complicaciones importantes a la salud e incluso puede llevarla a la muerte. Entre los trastornos más comunes están El desequilibrio electrolítico, esofagitis, broncoaspiración, rotura esofágica o gástrica, neumotórax (entrada de aire a la cavidad toráxica), niveles bajos de potasio en la sangre, arritmia cardíaca, abuso en el consumo de medicamentos laxantes y diuréticos, seguimiento de régimenes dietéticos diversos, deshidratación, tumos de laringe o garganta, no siempre benigno y en casos graves: Fallecer por un atracón muy severo, suicidio, síntomas como ansiedad, ingesta excesiva de ansiolíticos para revertir el síntoma y los atracones y las conductas inapropiadas se presentan al menos 2 veces por semana durante 3 meses.

Cuando una adolescente padece bulimia, no es ella directamente la que se dirige al médico, sino son regularmente sus padres ante una sospecha de que algo no está bien, por eso es muy importante que estés atento a cualquier cosa diferente o rara que notes en tus hijos, piensa que es una alteración que es fácil de esconderse y la negación del problema sólo logrará agravarlo al dejar pasar un tiempo valioso para pedir ayuda.

No dejes que tus hijas formen parte de las estadísticas: La tasa de mortalidad se sitúa en un 5% y el 20% de las mujeres con bulimia siguen luchando contra el trastorno después de 10 años...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Anorexia: La Moda actual

La adolescencia es una etapa de confusión y de búsqueda de identidad, por ello es una etapa de mucha vulnerabilidad, donde determinadas patologías como la anorexia nerviosa pueden hacerse presentes.

La anorexia es considerada una epidemia que afecta a ambos sexos, aunque la padecen mayoritariamente las mujeres. Generalmente comienza en la adolescencia, a veces antes y menos frecuentemente, en la etapa adulta.

Es un trastorno de la conducta alimentaria que presenta pérdida de peso importante por el temor que se tiene a aumentar de peso o por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que la(o)s hace sentirse gorda(o)s (aún con peso bajo). La anorexia nerviosa afecta primordialmente a las personas de clase socioeconómica media y alta, pudiendo presentarse de forma leve y transitoria o grave y duradera.

Posibles causas de la anorexia:

Cultura de la delgadez: Hoy en día ser o no delgada en el ámbito de la moda influye en el ser o no saludable. así como la tarjeta de presentación de todos auellos que desean triunfar social y profesionalmente haciendolo que sea para lucir delgadas.

Pérdida de hábitos alimenticios: La incorporación de la mujer al mundo laboral es otro de los factores sociales del que se está siviendo la anorexia para su propagación. La ausencia de una persona que se responsabilice de los horarios de comida ha facilitado que muchos adolescentes que empezaban su tonteo con la dieta escaparan al control familiar y acabaran transformando una alimentación irregular en una enfermedad grave.

Problemas en las relaciones familiares: Las relaciones interfamiliares cada vez son más complicadas y si se ven afectadas, pueden llevar a un adolescente a padecer de anorexia. Por ello es muy importante la vigilancia familiar en esta etapa de la vida.

Estas posibles causas, deben ser tenidas muy en cuenta y es la familia quien debe estar atenta ante posibles cambios de hábitos o de carácter, activando sus sitemas de alarma, así que cuando su hijo presente alguno o varios de los siguientes síntomas, es momento de prestar atención.

  • Las cantidades de alimentos son cada vez más pequeñas.
  • Evita las comidas familiares, argumentando que tiene que estudiar, que le duele la cabeza o el estómago o que ya ha comido fuera.
  • Su humor empieza a cambiar. Se irrita con facilidad. alterna cambios de ánimo que van de la depresión a la euforia.
  • La pérdida de peso empieza a ser aparente y no existe una causa concreta que lo justifique
  • Desea preparar la comida y cocina para toda la familia.
  • Empieza a poseer elevado conocimiento de los alimentos, su valor nutricional, sus calorías, etc.
  • Niega incesantemente que tenga un problema con la alimentación.
  • Se aisla cada vez más de la familia y amigos.
  • Duerme poco y su capacidad de concentración disminuye.
  • Nunca reconoce que está adelgazando, y asegura que está gordo/a.
  • Cada vez que come va al baño.
  • Juega con el plato y desmenuza el alimento.
  • Empieza a restringir su alimentación, evitando cierto tipo de alimentos considerados calóricos.

Si esta enfermedad no es detectada tempranamente provocará consecuencias clínicas de moderadas a graves como.

· Disminución de las pulsaciones cardiacas, arritmias

· Baja la presión arterial

· Desaparece la menstruación en las mujeres (amenorrea).

· Disminuye la masa ósea y, en los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento.

· Disminución de la motilidad intestinal. Dolores abdominales.

· Anemia

· Aparece un vello fino y largo, llamado lánugo, en la espalda, los antebrazos, los muslos, el cuello y las mejillas.

· Estreñimiento crónico.

· La piel se deshidrata, se seca y se agrieta.

· Frio constante

· Coloración amarillenta en las palmas de las manos y de los pies

· Las uñas se quiebran.

· Pérdida de cabello.

· O incluso la muerte temprana


Tratamiento:

Llegamos a la parte más complicada pero la más importante de todo este problema.

El tratamiento idóneo es combinar de manera integral el tratamiento médico, el tratamiento nutricional, el tratamiento psicológico y el tratamiento de fisioterapia

Con respecto al tratamiento médico será enfocado al grado de daño que presente el paciente, con la interacción del internista y el endocrinólogo.

Con respecto al tratamiento nutricional será progresivo y tratando de poco a poco llenar los requerimientos básicos de la paciente sin que la paciente crea que este sistema nutricional la "engordara" sino que le brindara mayor energía para salir más rápido de su proceso actual.

Con respecto al tratamiento psicológico, éste es la piedra angular para que todo se pueda llevar a cabo.

Todo esto dependerá del proceso en que se encuentra la paciente y la enfermedad y lo más importante de la DISPOSICION de la paciente y de sus familiares.

Te recomendamos que si empiezas a ver alguna de las actitudes antes descritas en alguno de tus hijos, procedas con cautela ya que aunque en la adolescencia algunas de estas actitudes son "normales", la combinación de las mismas y la intensidad con que se presenten debe ponerte en alerta. El diagnóstico y el tratamiento debe ser realizado por uno o varios profesionales de este campo, por lo que ponemos a tus órdenes la clínica de la UNITEC, en donde podremos ayudarte en caso de que tu hijo presente esta enfermedad, no estás solo.

martes, 25 de octubre de 2011

Balance entre yo, familia y trabajo

Hablar de conciliación parece un tema de moda. Nos cansamos de oír cómo las empresas buscan que sus empleados puedan hacer compatibles el trabajo y la familia. Sin embargo, la realidad demuestra que quienes intentan conciliar no lo tienen fácil y que muchas veces se ven obligados a elegir entre el trabajo, la familia o su vida personal y esto se complica si además deseamos seguir estudiando. ¿Es posible lograr encontrar el equilibrio entre estos pilares? ¿Por dónde empezar?

El primer paso para conseguir ese equilibrio es mucha planeación en tu lista de actividades y una serie de objetivos bien definidos, buscando mejorar nuestra calidad de vida en todos los ámbitos.

Es vital que aprendas a decir que no amablemente, seleccionando las actividades importantes y que te ayudarán a recuperar tiempo para ti mismo y tu familia, sobre todo si tienes hijos a quienes atender, no importando la edad que tengan, ya que siempre estrán en una etapa importante.

No desperdicies los espacios cortos de tiempo con los que cuentas en el día y aprovéchalos para cumplir alguno de tus objetivos.

Por último, utiliza la comunicación como tu mejor estrategia para mantener el equilibrio en tu vida, ya que podrás estar alineado con tus objetivos y los de ellos, trabajando con las metas de la familia en mente cuando hces tus objetivos del negocio.

Conciliar con uno mismo

Para estar bien con el trabajo y con la familia, debo primero estar bien Yo, así que Yo soy lo más importante y para ello, debo conservar un estado saludable en todos los aspectos, físico, emocional y mental, acercándome a todo lo que me haga conseguirlo.

Conciliar con la familia

Para estar bien con el trabajo, lo primero que hay que definir es cuáles roles quiero desempeñar dentro de la familia y darle un espacio a cada uno, la familia es el entorno ideal para desarrollar toda clase de competencias personales, sociales y profesionales que después nos ayudarán a integrarnos a la vida misma.

La dificultad para conciliar el trabajo y la familia surge cuando uno de los dos ámbitos es prioritario y acaba perjudicando al otro.

Conciliar trabajo y familia implica mucho más que ajustar horarios: supone conciliar la propia vida. Para ello se requiere un plan que abarque todos sus aspectos apostando por el éxito total: personal, familiar, profesional y social.

Conciliar con la escuela

¿Qué pasa si aparte de todas nuestras facetas ya definidas, decidimos estudiar algo más, a veces como realización personal y otras como complemento a nuestras actividades en el trabajo? Esto te demandará más tiempo del que usas asistiendo a tus clases ya que necesitarás usar algunos de los espacios libres para estudiar y resolver tareas. En la UNITEC por ejemplo tenemos algunas alternativas que te permitirán actualizarte sin descuidar tus actividades diarias a través de Licenciaturas ejecutivas o Maestrías en Línea y sacrificar lo menos posible tu tempo personal, familiar y laboral.

Conciliar con la empresa

El tercer pilar de nuestra vida es la profesión. La empresa constituye uno de los lugares donde pasamos más horas y, por ello, la actividad que se desarrolla en ella repercute en los individuos y en la sociedad.

Cuando disfruto mi trabajo logro un desarrollo de habilidades sociales, tengo sentido de vida, soy independiente, tomo decisiones, soy ejemplo de vida y crezco y esto lo promuevo en mi familia.

Trabajar, pensando que se descuida otra cosa importante puede generar culpa

Si la culpa es mi amiga… (responsabilidad)

· Hace que reoriente mis conductas y pensamientos hacia situaciones más compasivas y benéficas para mí.

· Soy más empática con los demás.

· Reconozco cuando cometo errores, puedo disculparme y si se puede, compensar.

· Mido mis palabras y conductas y evito lastimar a los que amo.

· Promuevo conductas de protección con mis hijos.

Si la culpa es mi enemiga…

· Todo lo que hago está mal.

· Promuevo conductas dañinas.

· Nunca será suficiente.

· Me convierto en una persona pasiva “sólo compensando para no sentirme mal”

· Es fácil que los demás me manipulen.

· Siempre digo que sí.

· No pongo límites en casa.

· Todo lo hago yo, nadie me ayuda.

· Mis niños son desobedientes.

· Como demasiado.

· Me siento poco satisfecho con mi vida.

No siempre resulta fácil conciliar, pero lo importante es mantenerse en el camino y avanzar. Tal vez no todo esto te funcione a ti, así que quita y pon lo que quieras y nota la diferencia.

lunes, 17 de octubre de 2011

¿Qué clase de padre soy?¿Qué tipo de hijo quiero tener?

“Se dice que los padres tienen los hijos que quieren”.

¿Cuál es el estilo o tipo de autoridad que ejerces sobre tu hijo para educarlo? Pregúntate: ¿Cómo me suelo comportar con mi hijo? ¿Cómo quiero que mi hijo se porte conmigo?

Todo ser humano nace con el equipo necesario para triunfar, pero un trato inadecuado, a veces violento (como uso de palabras soeces o quizá maltrato), o indiferente (de padres que todo lo permiten o que nunca están) ocasiona hijos violentos y resentidos, o inseguros y apocados.

Por eso es importante que identifiques qué tipo de autoridad ejerces sobre tus hijos y en qué tipo de padre te estás convirtiendo, porque de eso dependerá el cómo se desenvuelvan tus hijos.

Tipos de autoridad

· El estilo permisivo: La meta es formar hijos que piensen por ellos mismos, que sean individualistas y creativos y que no tengan complejos, sin embargo se ha encontrado que este estilo de autoridad genera personas con problemas de adaptación a la sociedad adulta.

· El estilo autoritario: Valora la obediencia hacia los adultos sobre todas las cosas. Ordena al hijo y si hay resistencia, le castiga. Se consideran las fuentes de información más confiables de los hijos. Aunque en un inicio los hijos suelen ser obedientes bajo este esquema, existe la tendencia a rebelarse frente a este tipo de autoridad.

· El estilo democrático: Establece principios y valores básicos para sus hijos, no impone su voluntad en todas las situaciones, evalúa y da razones para sus acciones, son firmes pero no otorgan castigos extremos, se caracterizan por valorar las discusiones con sus hijos, genera adultos exitosos y seguros de sí mismos.

TIPOS DE PADRES SEGÚN EL TIPO DE AUTORIDAD QUE UTILIZAN

  1. Padre crítico, se le percibe como enérgico y pretende controlar para imponer su autoridad:

Positivo: firme, justo, serio responsable, protector. Permite el diálogo. Inspira respeto.

Negativo: autoritario, déspota, gritón, enojón. Humilla y puede llegar a golpear, se enoja y exalta con facilidad. Inspira miedo.

  1. Padre nutricio: se le percibe como amable y cariñoso.

Positivo: afectuoso, comprensivo persuasivo, cariñoso, permite fallar. Inspira amor.

Negativo: Solapador, consentidor, indiferente, débil de carácter. Inspira menosprecio.

TIPOS DE HIJOS POR LA FORMA COMO REACCIONAN A ESA AUTORIDAD

  1. Hijo rebelde: suele ser agresivo, competitivo y no se deja de nadie.

Positivo: Responsable, activo, justo, se defiende y protestas ante los abusos.

Negativo: Violento, grosero, peleonero, destructor, se violenta ante la menor provocación.

  1. Hijo sumiso: Suele ser serio y obediente.

Positivo: Bien hecho, muy responsable, serio, controlado cumplido.

Negativo: Tímido, inseguro, apocado, miedoso. Siente que no vale como persona.

Observa si tienes conductas negativas y positivas hacia tu hijo y pregúntate qué puedes hacer para cambiarlas, cómo lo harás y en cuánto tiempo. Empieza por ti y cambia por ejemplo el uso de palabras ofensivas, gritarle, agredirlo con una frase humillante o engancharte con una discusión.

TIPS

  • Ayuda a tu hijo a tomar en cuenta sus necesidades, pero también la de los demás.
  • Guíalo, pero déjalo tomar sus propias decisiones.
  • Observa a tu hijo, reconoce sus motivos para actuar y permite que avance a su propio ritmo.
  • No le exijas un comportamiento modelo ni una actitud totalmente madura. La madurez se va adquiriendo poco a poco.
  • Enséñale a tu hijo a llegar a acuerdos con inteligencia y equidad.
  • No le soluciones lo que él puede resolver. Permítele aprender a través de su propio esfuerzo.
  • En lugar de proteger a tu hijo, facilítale las herramientas que le permitan superar las dificultades y alcanzar sus metas.
  • Sé firme. Enseña a tu hijo que puede decidir y en qué circunstancias.
  • Sé un buen ejemplo para tu hijo.
  • Busca una escuela que refuerce los valores que tú estás queriendo que aprenda y apóyate en ella y en sus profesores. En la UNITEC podemos ayudarte porque formamos con los valores de responsabilidad, ética laboral y compromiso, que además de prepararlos para su vida personal, los ayudan a enfrentarse a la práctica profesional, ya que los principios se aprenden todos los días, gracias a la enseñanza de sus profesores y a un ambiente universitario que privilegia la formación de esos valores.

lunes, 10 de octubre de 2011

Depresión... al acecho de los adolescentes

Es un trastorno que afecta a los adolescentes y que lleva a que se presente tristeza, desánimo, pérdida de la autoestima y pérdida de interés en actividades habituales.
La depresión puede ser una respuesta a muchas situaciones y factores de estrés en los adolescentes.
En ellos, el estado anímico depresivo es común debido a:
• El proceso normal de maduración y el estrés que se presenta con éste.
• La influencia de las hormonas sexuales.
• Los conflictos de independencia con los padres.
• Una reacción a un suceso perturbador, como la muerte de un amigo o pariente, la ruptura con la novia o novio o el fracaso en la escuela.
Los adolescentes que son más propensos a resultar deprimidos cuando experimentan eventos estresantes tienen baja autoestima, son muy autocríticos y sienten poco control sobre los acontecimientos negativos. Por lo general ven todo más negativamente y son incapaces de imaginar que cualquier problema o situación se puede resolver de un modo positivo.
Todos o algunos de estos síntomas de depresión pueden estar presentes:
• Cambios en el apetito
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad para tomar decisiones.
• Episodios de pérdida de la memoria.
• Fatiga.
• Sentimiento de agitación, inquietud e irritabilidad.
• Sentimientos de minusvalía, desesperanza, tristeza u odio hacia sí mismo.
• Pérdida del interés o el placer en actividades que alguna vez eran divertidas.
• Pensar o hablar acerca del suicidio o la muerte.
• Problemas para dormir, sueño excesivo o somnolencia diurna.
•Algunas veces, el comportamiento de una persona puede cambiar o puede haber problemas en el hogar o en la escuela sin ningún síntoma de depresión (depresión encubierta).
• Comportamiento inadecuado o irresponsable
• Conducta delictiva
• Rendimiento escolar deficiente
• Distanciamiento de la familia y los amigos
• Consumo de alcohol u otras sustancias ilegales
Si se presentan por dos semanas y afectan el estado de ánimo o la capacidad para desempeñarse, representa un foco de urgencia.
Lo primero es ayudarle a reconocer que necesita ayuda, nada sencillo en el caso de los adolescentes que suelen pensar que son más que auto-suficientes y saben más que nosotros.
Requiere paciencia y ciertas dotes de comunicación lograr primero que nos escuchen y segundo, que nos hagan caso. Es muy importante hacerles comprender que respetamos los motivos por su estrés y queremos ayudarles a superarlo. Y que tenemos completa confianza en su capacidad de hacer justamente eso.
• Es importante hacerles ver que el estrés es un problema de mayores, y que todos tenemos que aprender a resolver momentos de enorme estrés durante nuestras vidas.
• Intentar ayudarles a identificar la causa de su estrés y hablar y ejecutar un plan sobre cómo aliviar la situación.
• Ayudarles a fijar objetivos realistas y sobre todo apoyarlos

lunes, 3 de octubre de 2011

Estrés... ¿cómo detectarlo en mi hijo?

El estrés se puede presentar en cualquier etapa de la vida, pero tú como padre debes aprender a detectarlo en tus hijos adolescentes para ayudarlos a sobrellevarlo o en su caso buscar ayuda externa.

El estrés es una tendencia a reaccionar con ansiedad, es una movilización de energía ante un estímulo amenazante que puede ser interior o exterior, físico o social y para lo cual se presentan 3 tipos de síntomas: Físicos (enferman), Psicológicos (miedos, angustias y trastornos mentales) y Comportamentales (rebeldía, actitudes y actuaciones).

Los tres representan una descarga y al mismo tiempo una tendencia a la huida, sin embargo entre los adolescentes hay algunos tipos más comunes de estrés por el ámbito en el que se desenvuelven:

Estrés familiar (fuente familiar):

Es dado por el ajuste y adaptación a cambios en el ciclo vital, ajuste a los sucesos súbitos y a los esperados. Los estresores familiares más frecuentes son las tensiones intrafamiliares, conyugales, financieras, laborales, las transiciones familiares (cambios, migraciones, etapas de vida) y las enfermedades agudas y crónicas

Estos estresores demandan un cambio familiar, la magnitud del cambio depende: de la vulnerabilidad familiar frente al factor estresante, de la gravedad del evento, de los cambios que vendrán y de la adaptabilidad familiar a éstos.

El estrés familiar se puede ver aumentado por el estrés social ante las necesidades familiares de ser aceptados, tener relación con el entorno, autorrealización y por el juicio que las demás personas hagan de ellas.

El manejo del estrés es una dimensión que pone énfasis en la manera como la familia promueve los cambios en su interior, sus relaciones con sistemas de soporte social e institucional de asistencia especializada.

Estrés social (fuente social-personal):

El área social comprende los eventos que se relacionan con la vida emocional y sexual del adolescente, pasatiempos, cambios físicos y psicológicos.

La adolescencia es un momento en el que el estrés potencial que surge de las relaciones entre iguales es particularmente alto; los adolescentes están orientados hacia sus iguales y dependen de ellos para su concepto de valía personal.

La calidad y estabilidad de las relaciones entre los adolescentes están relacionadas con su autoestima. Si un joven no puede o no sabe relacionarse dentro de un grupo adolescente, su autoestima descenderá y se sentirá menospreciado, pudiendo vincularse con la delincuencia, el abuso de drogas o la depresión.

Estrés escolar (fuente escolar):

Estrés que padecen los alumnos a consecuencia de las exigencias que impactan su desempeño en el ámbito escolar y que tiene como fuente exclusiva estresores concernientes a sucesos dentro del contexto escolar que tienen que ver con su desempeño académico, relación con maestros y compañeros y cambios dentro del ámbito escolar.

La causa del bajo rendimiento escolar refleja la vida emocional del adolescente, la falta de comunicación con los integrantes de la familia, la inestabilidad de su desarrollo físico y emocional, que dan como resultado justamente el bajo desempeño, la reprobación de materias, e incluso la deserción escolar.

El adolescente es competitivo, tiene la sensación de que todo lo puede, incluso, que puede hacer las cosas mejor a como las hacen los demás. Sin embargo también trata de encontrar un sentido de identidad en las actividades que realiza.

Hay quienes empiezan a interesarse en el futuro. Lo cual es muy positivo, ya que le da la oportunidad de sublimar sus impulsos, pudiendo descargar la agresividad en alguna actividad, ser reconocido y obtener recompensas.

Generalmente los logros que tienen en esta etapa ayudan a elevar la autoestima y lograr una confianza en sí mismos y lo que pueden llegar a hacer. Por lo tanto, perderlos significa perder una parte de ellos, una parte de su autoestima.

En la UNITEC nos preocupamos por la educación de tus hijos y buscamos apoyarlos a llevar con éxito esta difícil etapa de la adolescencia y el estrés que esto les provoca, así como su incorporación a la vida escolar, es por ello que contamos con el CENTRO DE APOYO AL ESTUDIANTE (CADE) donde tu hijo podrá regularizarse en alguna materia, ayudarle a incrementar su rendimiento educativo, con el apoyo de profesores y asesorías en las materias que necesite.

¡Impulsa a tu hijo hacia un mejor futuro e inicia la experiencia UNITEC!




lunes, 26 de septiembre de 2011

Autoexigencia: Cuando ser sobresaliente no basta

Como todas las cosas, ser autoexigente refiere a dos lados opuestos de una moneda, por un lado la autoexigencia trae consigo algo positivo, ya que gracias a ella te pones metas, objetivos y logros que has alcanzado, es como si fuera una pila que te da energía para continuar esmerándote y superándote en tus actividades y relaciones, es un afán de perfección que te ayuda a sobrellevar los errores y conseguir el éxito, pero cuando es exagerada y se trata de tenerlo todo bajo tu control, es peligrosa para ti, así como para los que conviven contigo.

Una exigencia desmedida es más el afán de hallar la perfección en cualquier aspecto de la vida. Entonces una actitud que podría ser sana y hasta virtuosa pasa a constituirse en patológica, conduciendo a la angustia, agotamiento físico y mental, y hasta a un fuerte cuadro de estrés.

En los adolescentes es muy común encontrar chicos con este rasgo, ya que normalmente las figuras de autoridad como los padres, maestros o hasta sus mismos compañeros, que fungen como jueces, son quienes lo orillan a ello, pero es muy importante conocer qué motiva ésta necesidad de perfeccionismo para poder ayudarlos y mitigar las consecuencias que interfieren con su desempeño.

Hay causas muy específicas, que refieren a los mandatos del deber ser y que se constituyen en el debería. El adolescente intenta satisfacer estos mandatos en todo lo que realiza e ignora las señales de cansancio y tampoco reconoce sus propios límites frente a la realidad.

Los factores que influyen se vinculan con el temperamento, la historia personal y el contexto que predispone a ser autoexigentes.

¿Cómo puedes distinguir estos rasgos en tu hijo?

Podrás encontrar algunos indicadores generales de autoexigencia que te ayudarán a detectarlo y en su momento ayudarlo:

* Tienen estándares notoriamente altos

* Desestiman los elogios que reciben

* Se preocupan ante la evaluación ejercida por otro

* Son fatalistas

* Se muestran rígidos e inaccesibles a explicaciones

* Temor a perder el respeto de sus padres o ideales por cometer errores

* Miedo a enfrentarse a las burlas de compañeros si se equivocan

* Ansiedad por el desempeño

* Ansiedad social

* Existe sufrimiento en adolescente.


¿Cúal es el coste verdadero?
Salud física: a un autoexigente le es imposible delegar funciones, se la vive planificando y relegando el descanso, lo cual se ve reflejado en su cuerpo y bienestar, causándole enfermedades de todo tipo.

Relaciones interpersonales: No confía en los demás y en sus habilidades, no ve virtudes en otros que lo pueden apoyar, no deja crecer a los que lo rodean, relaciones rígidas y de rutina, aburrimiento, relaciones de abuso, etc.

Estado emocional: Enojo, frustración, impotencia, soledad, vacío, no vive el momento ni lo goza, ya que siempre hay más cosas que hacer, insatisfacción respecto a su rendimiento, ansiedad, estrés y depresión.

¿Qué hacer?

Debes ayudar a tu hijo a lograr un equilibrio.

Ayúdalo a trabajar todos los días en su crecimiento personal, tratando de encontrar el equilibrio de su exigencia y control, poniendo esta energía en lo que cree que lo necesita, y ser flexible en lo que no se requiere.

No se trata de renunciar a sus responsabilidades, al trabajo o a las aspiraciones. Si no de darse cuenta y responsabilizarse de la persona que es hoy, así como de elegir qué quiere seguir controlando, exigiéndose y hasta dónde, qué necesita hacer, qué necesita delegar y qué le estorba para lograrlo. La conciencia y el darse cuenta es el inicio del camino para encontrar el equilibrio en su vida. Nadie mejor que él sabe qué quiere y qué necesita en su vida.

¡Ayúdalo a canalizar su autoexigencia y a controlarla!


martes, 20 de septiembre de 2011

Mitos y Realidades del Bullying


Con respecto al Bullying mucho hemos escuchado, pero poco es lo que realmente hacemos para evitarlo, yasea porque no nos queremos involucrar o porque creemos no tener este problemacerca de nosotros. Por eso es importante estar informado para poder detectarloy actuar en consecuencia.


Bullying es una palabra inglesa que significa Intimidación y tiene relación con el hostigamiento y la victimización entre los escolares, principalmente;es un maltrato físico, verbal,psicológico y ahora también cyber, deliberado y continuado que recibe unapersona por parte de otros que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo,con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores osimplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir.

Generalmente hay trestipos de personas involucradas:
· Intimidadores(bullies)
· Víctimas
· Terceraspersonas/observadores/testigos

Los mitos acerca del bullying son muchos, de ahí que poco hagamos al respecto si no conocemos lasrealidades:

Mito: no existe bullying en los colegios, son sólo juegos o chistes
Realidad: no es un fenómeno nuevo y existe en todas las escuelas.

Mito: sus causas son la decadencia de la familia, lamúsica de los jóvenes, la falta de valores.
Realidad: Puede estar ocasionadopor la combinación de factores sociales, familiares y neurológicos; cada caso tiene una explicación particular.

Mito: surge en la escuela y están en riesgo los estudiosos o tímidos.
Realidad: Puede surgir en cualquier escenario donde se presente un contacto social, y exista alguien que se perciba fuerte y perciba a alguien débil de quien puede abusar.

Mito: las consecuencias son el suicidio o abandono escolar.
Realidad: Si bien se pueden presentar las condiciones anteriores, notodos los casos concluyen así. Se pueden presentar múltiples alteraciones de la personalidad.

Mito: los roles de los victimarios o acosadores y las víctimas o acosadossiempre lo serán.
Realidad: los roles víctima-victimario no son fijos, un victimario puede volverse víctimay viceversa.

Mito: si alguien te pegao te molesta, tú devuélvesela con más fuerza o ignóralo.
Realidad. Si se responde con agresión esto no detendrá el problema, hace que se incrementela violencia y que las agresiones sean cada vez más elaboradas.

Mito: el problema es de las instituciones educativas odel gobierno.
Realidad: es problema de todos los que en cierta medida nos veamos expuestos a este tipo de experiencias, es responsabilidad del colegio y la familia. Es posible que los adultos no conzcamos la intimidación que ocurre en el salón de clases de nuestros hijos y mucho menos si nuestro hijo es un intimidador.

Mito: el bullying no hace daño ("a mí me pasó de chico y ahora soy normal") al contrario,nos hace más fuertes.
Realidad: existen consecuencias muy graves tanto para la víctima como para elintimidador, genera ansiedad, baja autoestima einseguridad.

Mito: es cosa de hombres y no de mujeres.
Realidad: la forma de intimidación femenina es más directa y se da menos de forma física, es relacional, verbal o emocional.

Mito: los observadores no pueden hacer nada.
Realidad: la intimidación es un asunto de grupo, quienes observan juegan un papel fundamental, ellos pueden hacer que la intimidación pare si defienden a su amigos: No intervenir es un rasgo muy poco ciudadano, irresponsable y poco solidario. Muchas veces nuestros hijos no agreden pero sí están presentes y no hacen nada. (terceros).

Es importante quetodos reflexionemos sobre el papel que tenemos en la prevención y atención de este fenómeno, si somos padres o madres:

  • Con los bullies principalmente promover empatía ( ejem: ¿Cómo crees que se siente que te hagan eso?) y canalizar su fuerza de manera positiva.
  • Si identificamos que nuestros hijos son víctimas, debemos fomentar que tengan amigos y ayudar a que nunca se queden solos, ya que son más vulnerables.
  • Promover asertividad (enseñarles a expresar claramente sus sentimientos y a proponer soluciones, no dejarse, sin agresión).
  • Desligitimar agresión.
  • Normas acordadas, claras y consistentes (ni permisividad ni abuso)
  • Asegurarse que nadie quede excluido
  • Comunicación con sus hijos
  • Comunicación con el colegio
  • Buscar ayuda profesional en casos avanzados.
  • Solución en grupo, no solamente al intimidador.
  • Con los observadores es necesario platicar para que no dejen solos a sus amigos (también para invitaciones a fiestas).